El jengibre es un alimento efectivo para reducir las infecciones de la garganta y de las vías respiratorias debido a sus propiedades antibacterianas. Aumenta la ingesta de líquidos y el lavado nasal con suero fisiológico cuando esté acatarrado. El agua es fundamental, dado que es imprescindible mantener una hidratación adecuada ya que el líquido ayuda a disolver y a movilizar el exceso de mucosidad, siendo muy útil para mejorar su eliminación. Lo mismo ocurre con la lactancia materna; si le estás dando el pecho al bebé, lo ideal es mantenerlo adecuadamente hidratado. En bebés más mayores, igualmente utilízala con moderación y nunca para retirar mocos secos, aplica suero antes. Para evitar posibles problemas de oído e irritación, si lo usas, porque el lavado solo no funciona, que sea como mucho dos veces al día y con suavidad porque una aspiración fuerte puede ser dañina.
Por ello, los mocos en los bebés no solo son normales, sino que son deseables. Cuando comienza la temporada de frío y, sobre todo, la guardería, los mocos son muy habituales en los bebés. Su presencia suele alertar a las madres y padres, especialmente a los primerizos. Por ello, en este artículo te contamos todo lo que debes saber sobre la mucosidad y te ayudamos a decidir qué hacer si tu bebé tiene mocos. Cuanto más intensos sean los signos de congestión de las vías respiratorias altas, los estornudos y la obstrucción nasal, más razonable será que el niño tenga fiebre, incluso alta. De hecho, la fiebre es uno de los 8 motivos de consulta urgente con el pediatra.
Cómo Quitar Los Mocos A Un Bebé Recién Nacido
Le introducimos la jeringuilla por el orificio nasal que queda más arriba, para que la mucosidad arrastre hacia el que queda abajo. Sin embargo, es necesario despejarles la nariz para que puedan comer y dormir en condiciones óptimas. Para ello, coloca en su cuarto un vaporizador eléctrico, recipientes llenos de agua o un humidificador. En este caso tendrás que lavarlo todos los días para evitar la formación de hongos, ya que sus esporas son nocivas para la respiración.
En general, los resfriados cumplen su ciclo y las molestias remiten una vez que termina. A veces, solo roncan porque se les ha acumulado moco en la garganta, sin siquiera estar resfriados, con lo que un cambio de posición suele bastar para que cese el ruido. Los resfriados son, a todas las edades, las infecciones más corrientes.
Así Es Cómo Puedes Quitarle Los Mocos Y Las Flemas A Tu Bebé
Las flemas en los bebés suelen estar casi siempre acompañadas de congestión, dos de los síntomas, de hecho, más comunes entre los más pequeños de la casa. Siempre solemos pensar que un catarro o un resfriado tienden a ser algunas causas comunes para la producción de flema en el bebé, especialmente cuando se trata de una flema excesiva. Y con razón, dado que las infecciones respiratorias suelen ser las causas comunes de una mayor producción de moco (y de la aparición, a su vez, tanto del tos con moco como de la flema).
Mucosidad que baja y sube continuamente, malestar e incomodidad… Las flemas pueden ser difíciles de expulsar por parte del bebé, en especial cuando aún no tiene el reflejo de toser por sí solo y aclararse la garganta. Si el bebé está muy congestionado, recuerda siempre limpiarle los mocos antes de dormirlo para que pueda respirar bien. De ese modo podrá conciliar mejor el sueño y no tendrá sensación de ahogo. La congestión nasal y las flemas, que son muy indigestas, pueden causar inapetencia, náuseas y vómitos a tu hijo. Ármate de paciencia y no le fuerces a comer porque si lo haces, es seguro que acabará devolviendo.
Los mocos y el dolor de garganta desaparecen en una semana y la tos en dos o tres. Por ello, el objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas y vigilar la aparición de complicaciones. Si tu bebé tiene mocos, no debes preocuparte, por algo les llamamos “mocosos”. Sin embargo, los bebés no saben sonarse con un pañuelo, ni tampoco saben respirar por la boca.
Todavía los está conociendo y está aprendiendo a enfrentarse a ellos. Por ello, los resfriados serán muy frecuentes durante sus primeros años de vida. Después, repetimos la operación para limpiar el otro orificio, girando la cabeza del bebé, para que los orificios nasales queden justo del otro lado. Es más, también actúa como una “trampa” para algunas sustancias irritantes, como el polvo, el humo o incluso las bacterias. Es muy común que la flema se acompañe de otros síntomas igualmente relacionados, como congestión nasal, secreción nasal y dolor de garganta.
Los antibióticos tampoco son útiles, porque los causantes de resfriados suelen ser virus. Los analgésicos o antitérmicos solo se recomiendan si el pequeño tiene fiebre o malestar. Los lavados nasales con suero fisiológico son el método menos invasivo. Tumba al bebé boca arriba o boca abajo y gira su cabeza hacia el lado, sujetándole bien.
Incluso el consumo de alimentos picantes puede ocasionar un exceso de producción de moco en las fosas nasales (aunque es muy probable que esta no sea la causa de flema en los bebés, como es evidente suponer…). Además, las flemas dificultan mucho la respiración, sobre todo en los niños más pequeños. Esto se debe a que los bebés no desarrollan el reflejo de abrir la boca para respirar sino hasta los 6 meses de edad, cuando se desarrollan los músculos de la región. Le llaman “moco” cuando se excreta por las fosas nasales y “flema” cuando sale por la boca. A menudo es síntoma de gripe, aunque también aparece sin relación con un resfriado. Esa es una de las preguntas más habituales, sobre todo si se trata de recién nacidos.
Mocos Y Bebés
La fiebre, la tos excesiva (que despierta al bebé), los ruidos en el pecho que no desaparecen con un cambio de posición y una mucosidad que no remite merecen una visita al pediatra. Es preciso mantener cada posición durante cinco minutos y hay que practicarlo durante unos 30 minutos después de usar el inhalador. En caso de que necesite toser, siéntese y tosa de forma controlada. Sin embargo, una tos controlada procede de la profundidad de los pulmones. Con ella se aflojará el moco y se moverá a través de las vías respiratorias.