Para los celtas el árbol era considerado un factor sagrado y venerado por los druidas. Era un medio para celebrar el “culto a la luz” en el día del solsticio de invierno, la noche más larga del año. En el siglo VIII, la tradición pagana derivó en cristiana tras la intervención del misionero inglés San Bonifacio, que taló el roble consagrado a Thor (ubicado en la región alemana de Hesse) al que de año en año se le ofrecía un sacrificio. Tras talar el roble, San Bonifacio leyó el Evangelio y les ofreció a los lugareños un abeto en representación a la vida eterna por ser un árbol perenne y apuntar al cielo. Más tarde, con la evangelización de esos pueblos, los cristianos tomaron la iniciativa del árbol para festejar el nacimiento de Cristo.
En principio se pensó en utilizar un manzano, pero no habría sido conveniente en invierno, conque se optó por un abeto adornado con manzanas, obleas y dulces infantiles del que, según los expertos, derivarían nuestros actuales árboles navideños. Desde ahí, la instalación de abetos decorados en los hogares y en las edificaciones públicos es una tradición que sigue en la actualidad. En las calles, los árboles de Navidad cada vez tienen considerablemente más lámparas y considerablemente más metros de altura para impresionar a los transeúntes. El primer árbol de Navidad que apareció en Alemania fue en el año 1605 y, tras transformarse en una tradición, la familia Hannover la exportó a Colosal Bretaña en el siglo XVIII. Ornamentar con plantas es algo que viene de muy atrás y tiene un sentido mágico o espiritual, de limpieza y de buen augurio. De esta forma, en la Antigüedad era común adornar las viviendas con hiedra, con laurel, ruscus, pino o muérdago para resguardar a los habitantes de esos hogares.
¿desde Cuándo Se Mandan Las Postales De Navidad?
Después independientemente si nuestro árbol es natural o artificial debemos alejarlo de fuentes directas de calor porque en los dos casos podría dañar las ramas. De esta forma, vas a poder integrarlas mejor en el árbol, incluso ocultarlas y el árbol va a quedar mejor iluminado. Es por este motivo que tal fecha sea el comienzo de este intérvalo de tiempo de tiempo de celebración por el nacimiento y bautismo de Cristo. De esta forma lo estableció al menos el Papa Pío IX en el año 1954, en el que se declaró tal fecha como el día en el que la Virgen María “fue preservada por privilegio único de la mácula original desde el primer instante de su Concepción“.
El primero que se efectuó data del 1930 y consistía en una suerte de calendario con cromos. El cristianismo incorporó esta tradición en la Navidad para ganar presencia entre los pueblos que tenían religiones paganas. Hace siglos, un hombre viudo no tenía dinero para abonar la dote de sus tres hijas, por lo que éstas no podían casarse. La leyenda cuenta que, la noche de Navidad, Papá Noel pasó volando sobre su casa y lanzó tres sacos de oro por la chimenea, que cayeron dentro de los calcetines. Otro de los símbolos mucho más identificables de la Navidad son los enormes calcetines de colores que se cuelgan en la chimenea o en las paredes para adornar.
Árboles Nórdicos
No hay una sola versión sobre qué representa el árbol de Navidad, ni hay una fecha oficial para montarlo. Sin embargo, cuentan las leyendas que el árbol representa la vida, el cosmos y el amor de Dios, y es costumbre ponerlo el día de la Inmaculada Concepción , el día en que fue concebida la Virgen María. Según los especialistas fue en la orilla occidental del Rhin, en la región de Alsacia, donde afloró en el siglo XVI “la moda” de decorar un árbol en Navidad. Y si vas a poner cintas o guirnaldas, colócalas tras las luces y antes de los adornos. Finalmente, tras poner las luces, las cintas y los adornos llega el instante de coronar el árbol con la estrella, el nudo o el adorno que elijas.
Tal fue su decepción y enfado que, tomando un hacha, se dirigió a talar aquel árbol. La leyenda narra que, al primer golpe de hacha, una fuerte ráfaga de viento derribó al instante el roble. Los lugareños, sorprendidos y atemorizados, reconocieron la intervención a través de Dios en tal suceso y rogaron a San Bonifacio que les explicara de qué manera debían celebrar la Navidad. Los árboles siempre y en todo momento fueron considerados como un símbolo de vida, sobre todo para aquellas culturas íntimamente ligadas a las fuerzas de la naturaleza. Desde la Prehistoria los hombres primitivos introducían en sus cavernas y refugios plantas perennes y toda clase de flores a las que otorgaban un concepto mágico y/o espiritual. Al paso que helenos y romanos decoraban sus viviendas con hiedra, los vikingos y demás pueblos norteños preferían llevarlo a cabo con ajonje y otras plantas de hoja perenne como el laurel, el acebo y las ramas de diversas coníferas.
La lluvia de estrellas de las Perseidas se encuentra dentro de los espectáculos astronómicos mucho más aguardados del año vigente 2022. Árbol de Navidad en la plaza de la Localidad Vieja de Praga, donde la liturgia de encendido atrae de año en año a cientos y cientos de personas. Pero la verdad es que muchas personas se van a preguntar cuál es realmente la fecha “estipulada” donde se tiene que hacer la decoración navideña, si es que la hay. En España, la práctica se comenzaría en La capital de españa a fines del siglo XIX, si bien que duda cabe que con el paso del tiempo se ha fortaleciendo hasta ser parte prácticamente de nuestra cultura habitual.
El Origen Histórico Del Árbol De Navidad
Pero para hallar el origen de lo que hoy en día es nuestro árbol de Navidad, según cuenta la historia de historia legendaria mucho más popularizada sobre el tema, debemos buscar entre los años 680 y 754. En aquella época San Bonifacio, uno de los principales evangelizadores de Alemania, entendió que era imposible arrancar de raíz la tradición celta, con lo que decidió amoldarla dándole un sentido cristiano. Fue así como cortó con un hacha un roble que representaba a Odín, y en su sitio plantó un pino, que por ser perenne simbolizaba el cariño de Dios, adornándolo con manzanas y candelas. Esos mismos expertos proponen además que fue en la orilla occidental del Rhin, en la zona de Alsacia, donde surgió en el siglo XVI “la moda” del árbol de Navidad. Además, otro documento comunica de que, en Estrasburgo, capital de Alsacia, los abetos se vendían en el mercado, para llevarlos a casa y decorarlos.
Es primordial desplegar bien las ramas para que, una vez montado, no se vean huecos vacíos. Te recomendamos abrir las ramas con apariencia de cruz o de estrella, esto es, por delante y por detrás. Un vez pasado tanto el bautismo como la visita de los Reyes Magos, el 7 de enero quitamos la decoración navideña de nuestra casa. Junto con la estrella, las otras “piezas” que no puede faltar en un árbol de Navidad son las luces o las esferas , del mismo modo tan especificaciones, aparte de las bolas.
Más allá de lo anterior, son las proyectos de teatro medievales -que representaban secretos y pasajes bíblicos- las que, según los expertos, aportan las más esenciales pistas acerca del verdadero origen del árbol de Navidad moderno. Estas proyectos teatrales cumplían con la función de educar la religión cristiana al pueblo que, en su enorme mayoría, estaba compuesto por individuos iletrados. De esta manera, durante la Nochebuena del 24 de diciembre, se acostumbraba a representar el pasaje del pecado original de Adán y Eva. A lo largo de toda la obra, el bíblico Árbol del Bien y del Mal ocupaba el centro del escenario.
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Además, coincidiendo con la fecha de la Navidad cristiana festejaban el nacimiento de Frey, dios del Sol y la fertilidad, adornando un árbol. Tenía el nombre de Idrasil [Árbol del Universo], en su copa se encontraba el cielo y en las raíces profundas estaba el infierno. El origen de poner el Belén en nuestras casas hay que buscarlo en la Toscana, donde San Francisco de Agarráis realizó por primera vez en 1223 la representación de la escena de la Natividad con humanos y animales. Después, las iglesias italianas comenzaron a llevar a cabo lo mismo (especialmente en Nápoles, donde se instauró el arte de llevarlo a cabo con figuras), así como los palacios de reyes, y la orden de los Franciscanos trajo a España esta tradición. En lo que se refiere al resto de figuritas con que se decora el árbol navideño, constituyen la representación de las buenas acciones y sacrificios que los cristianos ofrecen como regalos a Jesús por su “cumpleaños” en el 25 de diciembre.